BOLETÍN N° 97
Balance 2016: Un año récord de publicaciones para el IECS, coronado con la designación de la institución como unidad ejecutora del CONICET.
Benjamin Franklin propuso alguna vez que cada Año Nuevo lo encuentre a uno siendo una mejor persona. Me gustaría pensar que, cada año que pasa, nos encuentra con un mejor IECS. Y creo que existen razones objetivas para sostener que se trata de una institución que va por el buen camino.
Uno de los indicadores que nos enorgullece es el de la cantidad de publicaciones de nuestros investigadores en revistas indexadas en Medline. Durante 2016, rondamos los 80 artículos, un aumento de cuatro veces en una década. Y no se trata sólo de una cuestión de cantidad, sino también de calidad. Nuestro trabajo se vio reflejado, por ejemplo, en páginas de revistas de alto impacto como The Lancet, PLOS ONE, American Journal of Hypertension. También tuvimos un récord de citas a nuestros trabajos, alrededor de 450, según la Web of Science, una de las dos entidades que miden ese parámetro.
Asimismo, elaboramos 194 documentos de evaluación de tecnologías sanitarias, por lo que ya superamos los 500 desde 2002 y casi duplicamos la producción del año precedente.
También crecieron los proyectos de investigación, cooperación técnica y educación en que nos embarcamos. En 2016 iniciamos 37, los que sumados a otros en marcha totalizaron 67 proyectos de investigación administrados a lo largo del año. A veces, una simple enumeración hace perder de vista la dimensión humana y el esfuerzo y los recursos que cada iniciativa implica. Nuestra Unidad de Estadística y Manejo de Datos, por caso, siguió a más de 36.000 personas participantes en distintos estudios y procesó nada menos que 25 mil formularios.
Un aspecto destacable es que, más allá de seguir sosteniendo las fuentes de recursos nacionales y regionales, tanto públicos como privados, un 64 por ciento de los fondos para proyectos y subsidios tuvieron origen internacional, incluyendo, entre otras, instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Internacional para el Desarrollo (IDRC) de Canadá, la Fundación Bill & Melinda Gates y el Instituto Nacional del Corazón, Pulmones y Sangre (NHLBI/NIH) de los EE.UU. La proporción fue superior a la de años precedentes (61% en 2014 y 49% en 2015).
Quizás uno de los hitos del año para el IECS haya sido la designación en su ámbito de una unidad ejecutora del CONICET, la primera dedicada a la epidemiología y la salud pública, lo que implica un claro reconocimiento del sistema científico nacional a la trayectoria y el recurso humano de la institución. El flamante CIESP, Centro de Investigación de Epidemiología y Salud Pública, cuenta en su plantel con doce investigadores del CONICET. La expectativa es, entre otros proyectos, abrir espacios para becas de doctorado y propiciar una interacción dinámica con colegas de otros institutos y universidades.
Otro hecho trascendente del año pasado fue la participación del IECS en la puesta en marcha del primer registro genómico nacional, PoblAr, que procura conocer el perfil genético de nuestra población y optimizar así el desarrollo de políticas públicas de salud y la elección de tratamientos más efectivos y dirigidos. En ese marco, se trasladaron al ANLIS-Malbrán más 130 mil muestras de sangre, suero y plasma del CESCAS I, el estudio que desde el año 2009 evalúa el estado de la salud cardiovascular en cuatro ciudades de Argentina, Chile y Uruguay.
La educación, como siempre, ha sido otro de los pilares de nuestra institución. El que consideramos nuestro programa insignia, la Maestría en Efectividad Clínica (el “PEC”) de la Facultad de Medicina de la UBA (categorizada como A por la CONEAU), contó con 16 tesis defendidas durante 2016, por lo que llegamos a un tercio de los graduados que ya realizaron esa defensa: una proporción muy satisfactoria en comparación con la media de otras instituciones y propuestas académicas de posgrado. ¡Un orgullo!
Asimismo, ofrecimos 68 cursos presenciales y a distancia que convocaron a más de medio millar de alumnos, incluyendo, como ya se está volviendo una tradición, a los estudiantes de la Universidad de Nueva York, que participaron de los cursos “Health policy in a global world”, “Epidemiology” y “Research Methods”
A lo largo del año, tuvimos el honor de que algunos de nuestros cursos y seminarios fueran dictados por personalidades del exterior. El Prof. Paul Kind, del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad de Leeds, Inglaterra, y miembro fundador del grupo EuroQol (el “padre” de un popular instrumento estandarizado para medir el estado de salud) brindó un seminario sobre calidad de vida relacionada con la salud. En tanto, el Dr. Goodarz Danaei, de la Escuela de Salud Pública T.H.Chan de la Universidad de Harvard (EE. UU.), fue docente de un curso de inferencia causal. También recibimos visitas importantes de otros académicos de demás países.
Asimismo, uno de nuestros directivos, el Dr. Fernando Althabe, fue designado miembro del Comité de Emergencia que la OMS creó sobre el virus zika, convirtiéndose en el único argentino y latinoamericano en formar parte de ese selecto grupo científico. Y ampliamos nuestras fronteras con estudios en África y Asia: trabajamos en sífilis congénita en Zambia y República Democrática del Congo y sobre el cuidado posnatal de las madres y recién nacidos en Nepal y Uganda.
En síntesis: ha sido un año de desafíos y logros que confirmaron el compromiso con la promoción y aplicación de la evidencia científica en el campo de la salud pública. A largo de más de una década de trayectoria, el IECS se sigue consolidando como una entidad con elevados estándares de calidad y altísimo rendimiento. Cuando fundamos la organización junto a un grupo de amigos y colegas, apenas podíamos imaginar la sofisticación técnica y operativa que alcanzaría, a lo que se suma la rica y diversa conformación en materia de capital humano. Es un sueño que se fue haciendo realidad.
Después de 14 años al frente del IECS, el presente me encuentra dando un paso al costado. En efecto, estoy dejando mi cargo de director general para asumir como viceministro de Salud de la Nación. En tanto “padre fundador” de la organización, me hace feliz la certeza de que, en línea con la propuesta de Franklin, cada año por venir encontrará en el IECS una institución científica más sólida y con mayor incidencia en el mejoramiento de la salud en la Argentina, en la región y en el mundo.
Por Prof. Dr. Adolfo Rubinstein, director general del IECS desde su fundación a febrero de 2017, actual viceministro de Salud de la Nación.