BOLETÍN N° 109
Esta herramienta deliberativa fomentada por la OMS permite diseminar, validar y enriquecer investigaciones previas, mediante la interacción entre diversos actores claves y de esta forma tomar de decisiones e implementar eficientemente las políticas de salud requeridas.
Tener evidencia que no se aplica es como contar con un manual de instrucciones en japonés o perdido en el fondo de un cajón: la información está ahí, pero existen barreras que dificultan o impiden su lectura y puesta en práctica. Es letra muerta. Los policy dialogues o “diálogo de políticas” son una de las herramientas que fomenta la Organización Mundial de la Salud (OMS) para salvar esa brecha.
Según la OMS, el policy dialogue es un proceso iterativo que considera tanto los aspectos técnicos como políticos del problema en cuestión, de naturaleza muy amplia y variable, que involucra discusiones políticamente sensibles basadas en evidencia científica. Incluye un amplio rango de actores claves (que reflejan distintos intereses y opiniones) y tiene en mente un propósito concreto o resultado: una decisión, un plan, un reporte, etc. La metodología sirve para varios fines, como diseminar, validar y enriquecer instancias previas de investigación.
Una de las principales ventajas de los policy dialogues es que se supone que sus conclusiones tienen más chances de transformarse en acciones o políticas públicas exitosas, dado que integran la evidencia con las perspectivas, experiencias, barreras, facilitadores y la interpretación de distintos actores claves, en un ámbito estructurado pero dinámico que favorece el libre intercambio de las opiniones. Se transforma también en una vía eficiente para triangular técnicas de investigación y estrategias para obtener resultados más sólidos y consensos más amplios. Se reduce así la brecha existente entre la evidencia y la práctica.
A lo largo de su trayectoria, el IECS se abocó de manera sostenida a la producción y valoración crítica de evidencia científica. Pero, en los últimos años, la institución decidió fomentar otras herramientas de incidencia en la toma de decisiones y se transformó en un pionero regional en la convocatoria y ejecución de policy dialogues.
Las temáticas posibles a abordar mediante esta metodología son múltiples. En el último año y medio, tuvimos el placer de convocar y coordinar tres policy dialogues que incluyeron discusiones sobre la priorización de intervenciones e investigaciones en la región. Uno fue sobre el control del mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, zika, chikunguña y fiebre amarilla. Otro fue para la identificación de barreras y posibles estrategias para reducir la incidencia de tabaquismo (que incluyó un análisis sobre los impuestos a los cigarrillos en países latinoamericanos) El tercero, y más reciente, estuvo abocado a la exploración de iniciativas factibles para limitar el consumo de bebidas azucaradas. En todos los casos, se tomaron como “insumos” estudios previos del IECS y de otras fuentes. Y participaron en total casi 90 decisores y expertos en salud de una decena de países de Latinoamérica y el Caribe.
Los policy dialogues, en definitiva, representan una especie de catalizador del proceso que va desde la generación del conocimiento (con investigaciones tales como revisiones sistemáticas y estudios cualitativos) y su difusión a través de múltiples soportes, hasta su implementación efectiva. Se trata de un enfoque transversal y omnicomprensivo que procura satisfacer de forma más activa una de las filosofías de la institución: investigar para modificar la realidad. Por ese camino vamos.
Por Dr. Agustín Ciapponi, director del Centro Cochrane Argentino IECS y coordinador del policy dialogue sobre mosquito.