BOLETÍN Nº93
Una reflexión sobre un artículo de The Lancet que brinda 17 recomendaciones para optimizar la priorización de los fondos destinados a la ciencia.
La investigación biomédica consume una importante cantidad de recursos económicos cada año, pero la mayor parte de dinero es desperdiciado por la falta de valor de lo que se produce, es decir, porque lo producido no reditúa en aplicación médica o sanitaria inmediata y tampoco produce avances en el conocimiento. Este desperdicio se puede evitar.
Los grandes “agujeros negros” por los que desaparecen los recursos dedicados a investigación corresponden a:
- Irrelevancia (no investigar lo que es necesario para la población).
- Sesgos metodológicos (problemas técnicos en la conducción de la investigación).
- Barreras relacionadas con el manejo de los estudios y su regulación
- La falta de acceso a los resultados.
- La difusión no informativa de los resultados de las investigaciones.
Además, los estudios sobre intervenciones (como medicamentos o dispositivos) que no muestran resultados positivos suelen no publicarse, lo cual se denomina “sesgo de publicación” y atenta contra el valor para los financiadores.
En 2009 los investigadores Ian Chalmers y Paul Glasziou publicaron en The Lancet un artículo que estimaba que este desperdicio era de alrededor de 85 por ciento de todos los fondos dedicados a investigación biomédica, es decir, investigación clínica, en servicios sanitarios y en ciencias básicas.En 2014, en esa misma revista se resumieron 17 recomendaciones tendientes a mejorar el valor de la investigación.
Las recomendaciones señaladas en relación a mejorar la relevancia de la investigación, a las cuales detallaremos a continuación, tuvieron como destinatarios a agencias financiadoras, editoriales, revistas científicas, instituciones académicas e investigadores.
Recomendaciones para políticos y financiadores para mejorar la relevancia de la investigación:
1. Considerar estrategias para identificar los factores que se asocian a:
- La replicación exitosa de la investigación básica, es decir que los experimentos puedan ser verificados y reproducidos.
- La traslación de los hallazgos de la investigación básica a la atención clínica (investigación aplicada).
2. Ofrecer información sobre cómo se prioriza la investigación que va a ser financiada con fondos públicos y fomentar la investigación sobre cómo mejorar la toma de decisiones públicas.
3. Exigir que los proyectos de investigación que van a ser financiados con fondos públicos hayan justificado suficientemente su relevancia (Por ejemplo, mediante revisiones sistemáticas de lo que ya se conoce sobre el aspecto a investigar).
4. Exigir y fortalecer la existencia de información sobre la investigación financiada con fondos públicos que está en marcha.Asegurarse de que esta información sea conocida y utilizada por los investigadores que solicitan financiación para nuevos proyectos (Por ejemplo, obligando a la publicación de los protocolos de investigación en el momento en que son financiados), evitando duplicación de esfuerzos y fomentando alianzas que eviten desperdiciar recursos.
Recomendaciones a políticos, financiadores, agencias reguladoras, revistas médicas y asociaciones científicas y profesionales para mejorar la metodología de investigación:
1. Exigir que los investigadores publiquen los protocolos de investigación y las estrategias de análisis estadístico antes de que comience la investigación y que esté disponible la base de datos crudos no más tarde de 6 meses de finalizado el proyecto.
2. Fomentar, difundir y financiar prioritariamente la investigación realizada con metodologías no sesgadas a través de:
- El establecimiento de normas de diseño de la investigación que sean adecuadas.
- El entrenamiento de investigadores en metodología.
- Evitar (o gestionar adecuadamente si no es posible evitar) los posibles conflictos de interés de todos los agentes participantes.
3. Fomentar y recompensar (con financiación y reconocimiento) aquellas prácticas que tiendan a una mayor reproducibilidad de la investigación y permitan una cultura eficiente de la repetibilidad en investigación.
En relación con la gestión y regulación de la investigación es importante que:
1. Los responsables de regular y gestionar la investigación utilicen su influencia para reducir otras causas de desperdicio e ineficiencia en la investigación, comprometiéndose y demostrándolo públicamente.
2. Políticos y reguladores trabajen con los investigadores, los pacientes y los profesionales de la salud para armonizar las leyes, reglamentos, directrices y procesos que gobiernan el conocimiento biomédico asegurándose de que los beneficios de estas normas superen sus riesgos.
Los investigadores y los gestores de la investigación deberían:
1. Comprometerse a incrementar la eficiencia de los procesos de reclutamiento de pacientes e investigadores, el seguimiento, el control y el intercambio de datos a través de la utilización de diseños de investigación capaces de reducir las ineficiencias. Hacer más investigación sobre procedimientos que puedan mejorar esta eficiencia.
2. Todo el mundo, pero en particular los gestores de los sistemas de salud, deben colaborar para mejorar la eficiencia de la investigación clínica y promover la integración de la investigación con la práctica clínica diaria.
En relación con la accesibilidad a todos los resultados de la investigación, el artículo señala:
1. Que instituciones y financiadores deberían adoptar indicadores que midan el grado de difusión de la investigación y el rendimiento de la reutilización de las bases de datos originales por investigadores externos.
2. Que los investigadores, financiadores, patrocinadores, reguladores, los comités de ética de la investigación y las revistas deberían desarrollar y consensuar normas que definan los contenidos que deben tener tanto los protocolos de los estudios como los informes completos y las reglas para el intercambio y utilización de datos.
3. Que financiadores, patrocinadores, reguladores, comités de ética en investigación, revistas y legisladores deberían apoyar y hacer cumplir las políticas de registro prospectivo de los estudios, de acceso a la información del estudio completo y de intercambio de datos anónimos a nivel participante en la investigación.
Sobre la mejora de la manera en que se difunde la investigación, se observó que:
1. Los donantes e instituciones de investigación deben desarrollar indicadores que reconozcan y premien a los investigadores que mejor difunden los resultados de sus trabajos (por ejemplo, a la hora de repartir los fondos públicos de investigación).
2. Los financiadores de la investigación deben asumir la responsabilidad de apoyar no sólo la investigación, sino también los medios que aseguren su correcta presentación a la comunidad científica y a la sociedad.
3. Financiadores, instituciones y editores deben fomentar estrategias para mejorar la capacidad y las habilidades de los autores y revisores en la difusión objetiva de los resultados de investigación.
Adhiero a este conjunto de recomendaciones. Además está en línea con la iniciativa llamada “Alltrials”. Se trata de un esfuerzo colaborativo para reducir el sesgo de publicación, y busca que se registren y comuniquen la totalidad de ensayos clínicos aleatorizados que se realizan, independientemente de sus resultados. Cada vez hay mayor consenso en las revistas médicas en adoptar políticas para lograr compartir de forma transparente las bases de datos generadas por la investigación, cuestión que aún hoy genera el recelo de algunos investigadores y financiadores.
Tomar conciencia de que existe globalmente nada menos que un 85% de desperdicio de fondos, resulta trascendente para motorizar estas acciones. Todas las partes involucradas en investigación debemos trabajar en conjunto para lograr aumentar el valor de lo que se produce.
Por Dr. Ariel Bardach, investigador senior del Centro Cochrane Argentino IECS, del Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Economía de la Salud de esta institución e investigador del CONICET.
Citas bibliográficas:
- Chalmers I, Glasziou P. Avoidable waste in the production and reporting of research evidence. Lancet 2009; 374: 86–89.
- Iniciativa “Alltrials”. Disponible en www.alltrials.net, accesible en fecha 28/05/2016