Una investigación sanitaria detalla qué medidas podrían bajar la tasa de mortalidad de enfermedades cardiovasculares y demuestra que prevenir dichas enfermedades es más barato que tratarlas cuando ya irrumpieron.
Las enfermedades cardiovasculares como el infarto y el accidente cerebro-vascular (ACV) constituyen la primera causa de muerte en la Argentina: representan el 34.2 por ciento de las muertes de nuestro país y el 12,6 por ciento de las discapacidades . Un estudio publicado en BMC Public Health, una revista científica reconocida internacionalmente, revela que un alto porcentaje de estas muertes podría evitarse. Dicho estudio, realizado por el médico argentino y presidente del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), Dr. Adolfo Rubinstein, detalla qué medidas pueden tomarse para reducir entre un 10 y un 20 por ciento las muertes producidas por enfermedades cardiovasculares, así como también para disminuir la frecuencia de los factores de riesgo de esas enfermedades, que son: la presión arterial alta, el colesterol elevado, la diabetes, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo y las dietas no saludables.
La primera medida que describe el modelo analítico publicado por BMC consiste en bajar la ingesta de sal de la población mediante una modificación en el proceso de producción del pan para que éste tenga un gramo menos de sal cada 100 de pan. “El consumo diario de sal en Argentina es de 12 gramos per cápita, de los cuales 3,4 gr. provienen del pan. Diversas experiencias locales han demostrado que se puede reducir la cantidad de sal en el pan sin que se perciba en el gusto del producto”, afirma el estudio. Según el estudio, reducir el 15 por ciento de sal en la dieta promedio de los argentinos (lo que resultaría de bajar 1gr. de sal cada 100gr. en el pan) en 10 años salvaría 60.000 vidas.
“Con una intervención tan simple como esa, la cantidad de muertes y de vidas con discapacidad disminuirían al menos un 1 por ciento. Este número parece reducido, pero cuando pensamos que eso significa que en 10 años se pueden salvar 60.000 vidas (víctimas de infartos y ACVs), tomamos conciencia de que se trata de una medida con un impacto poblacional enorme”, asegura Rubinstein. El especialista, que dirige el Centro de Excelencia en Salud Cardiovascular para el Cono Sur (CESCAS), explica: “Uno de los factores de riesgo para sufrir un ACV es tener presión arterial alta y la mitad de la población argentina no sabe que es hipertensa (desconoce que tiene presión alta) o lo sabe pero no está controlada (medicada para tal fin) . Justamente por eso, si logramos bajar la presión de toda la población (incluso en sectores que registran niveles ´normales´ de presión) a través de este cambio en la elaboración del pan, el beneficio sería enorme”.
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1- Fuente: Dirección de Estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación (DEIS). 2005.
2- Este modelo fue confeccionado en base a la primera encuesta Nacional de Factores de Riesgo que realizó el Ministerio de Salud de la Nación, en 2005.
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La segunda medida que propone este modelo sanitario consiste en suministrar un tratamiento farmacológico de 4 drogas a mayores de 35 años con alto riesgo cardiovascular. Se trata de 4 drogas económicas para normalizar la presión y bajar el colesterol en sangre: un diurético, un antihipertensivo, una estatina y 1 aspirina (que es un protector cardiovascular). Según describe la investigación publicada por BMC Public Health, “esta intervención implicaría disminuir más de 10.000 infartos y ACVs por año”.
PREVENIR ES MÁS BARATO QUE CURAR
El estudio analiza el impacto económico de las enfermedades cardiovasculares y concluye que tanto la disminución de la cantidad de sal en la composición del pan, como el tratamiento farmacológico son medidas costo-ahorrativas, ya que le permiten ahorrar dinero al sistema sanitario. Esto significa que el dinero que se destina actualmente a los tratamientos de personas con enfermedades cardiovasculares es mucho más que el que requeriría prevenir la aparición de dichas enfermedades.
El presidente del IECS detalla otras medidas que también ayudarían a disminuir la actual tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Ellas son:
1-Poner en práctica una campaña mediática que promueva la cesación tabáquica. Con 4 spots televisivos, 6 radiales y campañas gráficas en medios, esta intervención lograría que la población adulta que fuma en la Argentina, que actualmente representa el 30 por ciento, se reduzca en un 7 por ciento.
2- Brindar tratamiento farmacológico para bajar la presión arterial a menos de 140/90mmhg. Esta medida (destinada a mayores de 35 años con alta presión que actualmente no reciben ningún tratamiento) permitiría reducir el 8 por ciento de las enfermedades cardiovasculares e infartos.
3- Brindar tratamiento para bajar el colesterol a menos de 240mg/dl. Esta medida (destinada a mayores de 35 años que tienen colesterol alto y no reciben ningún tratamiento) permitiría reducir el 8 por ciento de las enfermedades cardíacas e infartos que se registran en nuestro país.
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3- Fuente: Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación. 2005.
Cabe destacar que el modelo elaborado por el Dr. Rubinstein analiza el potencial impacto de una experiencia piloto que el Ministerio de Salud de la Nación está promoviendo en algunas ciudades del país y que consiste en concientizar y capacitar a los panaderos para reducir 1 gramo de sal en la elaboración del pan. Si esta experiencia piloto derivara en acuerdos voluntarios entre el Gobierno y la industria (a través de la Cámara de Panaderos) para que el cambio en la producción del pan se lleve adelante en todo el país, la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares bajaría notablemente.