BOLETÍN N°101
En un reciente estudio, mostramos la importancia que pueden tener los agentes sanitarios en el control de la hipertensión. Y, probablemente, en otras patologías crónicas.
Buenos Aires 22 de octubre de 2017 – A pesar de que nuestro sistema de salud está centrado en el médico, otros actores pueden jugar un rol muy relevante. Es el caso de los agentes sanitarios o promotores de salud: personal del equipo de atención primaria de la salud que tiene fuerte inserción en la comunidad, y que puede estar en mejores condiciones de comunicarse y movilizar a los pacientes en el cumplimiento de las indicaciones médicas y la adopción de hábitos saludables.
Una prueba convincente en ese sentido surge de un reciente ensayo clínico, que publicamos en la revista JAMA junto con investigadores de la Universidad de Tulane, en Estados Unidos. En el mismo, evaluamos el efecto de una intervención “multicomponente” en más de 1400 pacientes hipertensos no controlados de bajos ingresos asistidos en 18 centros de atención primaria del sistema público de salud en Argentina. Mientras la mitad de los participantes recibió la atención convencional, el resto fue enrolado en un programa de cuidado integral que contaba con cinco medidas:
1) Una visita periódica de promotores de salud, especialmente entrenados, a los domicilios de los pacientes. Tenían el objetivo de brindarles consejos e información sobre cambios en el estilo de vida, para que se midan la presión y tomen la medicación. También ayudaron a cumplir los turnos médicos e incluso llevaron los medicamentos en casos de necesidad.
2) La entrega gratuita de tensiómetros digitales para facilitar la medición de los valores de presión en el hogar.
3) La entrega gratuita de pastilleros u organizadores semanales de la medicación.
4) El envío semanal de mensajes de texto individualizados, destinados a reforzar las intervenciones del promotor y así, por ejemplo, motivar a los pacientes a adoptar hábitos saludables.
5) La capacitación (a distancia y presencial) de médicos de atención primaria en el manejo de la hipertensión según las guías de práctica clínica.
Los resultados fueron claros: las cinco intervenciones permitieron que el 70% de los participantes lograran un control satisfactorio de su hipertensión, un 20,6% más que en el grupo que no recibió el programa de cuidado integral.
Aunque no se discriminó la contribución individual de cada una de las medidas, es innegable que su combinación produce mayores efectos que implementarlas de manera aislada. Una sinergia que beneficia a la salud pública.
El liderazgo de los agentes sanitarios, documentado en este estudio, podría servir como modelo para el manejo de la diabetes y de otras enfermedades crónicas. Refuerza la necesidad de contemplar su mayor participación en los equipos de salud. Y funciona también como recordatorio de que patologías complejas requieren de abordajes complejos, que no terminan cuando el paciente sale del consultorio.
Por Dra. Vilma Irazola, directora del Departamento de Investigación en Enfermedades Crónicas y co-autora del artículo publicado en el JAMA.