La llamada “conciliación de medicamentos”, un proceso relativamente sencillo que consiste en comparar la medicación que un paciente venía recibiendo en su casa antes de ser hospitalizado, con la prescripta durante la internación, o también entre distintas salas o unidades de internación, probablemente reduzcan los eventos adversos y los errores de medicación, según una revisión sistemática liderada por investigadores del IECS.
El procedimiento puede ser realizado por médicos/as, farmacéuticos/as y enfermeros/as en instituciones de salud y apunta a verificar que no se omitan medicamentos necesarios, que no se indiquen fármacos que pueden interactuar con otros o que no se prolongue un determinado esquema de tratamiento más tiempo del recomendado.
“Prevenir eventos adversos y errores de medicación no solo puede evitar serias consecuencias clínicas en los pacientes, incluyendo la muerte, sino que también tiene el potencial de reducir estadías y costos”, señaló al respecto el Dr. Agustín Ciapponi, director del Centro Cochrane Argentina.
En una nueva revisión sistemática, publicada en la base de datos de la biblioteca Cochrane, Ciapponi y sus colegas incluyeron para el análisis 65 estudios, de los cuales 51 fueron ensayos clínicos aleatorizados y 14 grandes series temporales interrumpidas que miden el efecto de una intervención durante un largo período previo y posterior a su implementación, con más de 110.000 pacientes en total. Todos fueron publicados hasta enero de 2020.
Según los autores, los beneficios de la conciliación de medicamentos en la reducción de eventos adversos y errores de medicación están basados en una baja certeza de evidencia. En cambio, no parece tener efecto sobre la duración de la estancia hospitalaria o la calidad de vida, aunque los datos son inciertos y no se descarta que también puede tener un impacto positivo en ambas variables.
Otras estrategias para disminuir ambos desenlaces adversos en pacientes adultos hospitalizados también podrían ser de ayuda, incluyendo los sistemas de prescripción electrónica asistida, la identificación por código de barras de los participantes o los medicamentos y la reducción de horas laborales del personal sanitario. Sin embargo, los investigadores admiten que la certeza varía de moderada a baja y los efectos en algunos casos fueron calificados como “imprecisos”.
“El estudio es importante porque resume la evidencia al día de hoy respecto de distintas intervenciones que pueden llevarse adelante en centros de salud para mejorar la seguridad del paciente y alienta a llenar los vacíos de conocimiento mediante investigaciones, sobre todo en países de bajos y medios recursos”, señaló otro de los autores, el Dr. Ezequiel García Elorrio, director del Departamento de Calidad, Seguridad del Paciente y Gestión Clínica del IECS.