Tabaco y equidad: un nuevo enfoque desde la evidencia

Por primera vez en Argentina, un estudio realizado por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), con financiamiento del Instituto de Investigación del Cáncer del Reino Unido, estimó la carga sanitaria y económica del tabaquismo según nivel socioeconómico. Los resultados indicaron que las personas con menores ingresos no solo fuman más, sino que también se enferman y mueren más por causas relacionadas al tabaco, y destinan una proporción mucho mayor de sus ingresos a afrontar sus consecuencias. Al mismo tiempo, las políticas de control recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) podrían reducir significativamente estas desigualdades.

Presentado en el marco del Día Mundial Sin Tabaco, el estudio analiza por primera vez esta problemática en el país según quintiles de ingreso, evidenciando cómo el cigarrillo profundiza la desigualdad en salud y economía.

El cigarrillo hace mal a todos, pero no de la misma manera ni con el mismo costo. Este estudio demuestra con evidencia que el tabaquismo golpea con más fuerza a quienes tienen menos”, explicó Natalia Espínola, magíster en Economía, investigadora principal del estudio y coordinadora de Economía de la Salud en el IECS.

Según el análisis, el 26% de las personas de bajos ingresos fuma, frente al 21% en los sectores de mayores recursos. Esto se traduce en más muertes (11.855 vs. 11.085) y más enfermedades (109.838 vs. 95.405) entre los quintiles más bajos. Aunque el gasto anual en salud asociado al tabaquismo es similar entre ambos grupos ($370.906 vs. $394.112), su impacto económico es muy distinto: representa el 26,3% del ingreso en los hogares con menos recursos, frente al 3,5% en los más ricos. Al sumar costos indirectos como la pérdida de productividad y el tiempo de cuidado informal, la carga total asciende al 68% del ingreso en los hogares de menores ingresos.

El tabaco no solo enferma y mata, también empobrece. Las personas con menos ingresos enfrentan más barreras para acceder a la salud y un mayor riesgo de caer en la pobreza por los costos que genera la enfermedad”, añadió Federico Augustovski, coautor del estudio y director del Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Economía de la Salud del IECS.

El estudio también evaluó el impacto de implementar completamente las políticas de control del tabaco recomendadas por la OMS —como el aumento de impuestos, el empaquetado neutro, la prohibición de publicidad y los ambientes libres de humo— y concluyó que, si bien beneficiarían a toda la población, su efecto sería especialmente positivo en los sectores más vulnerables.

Por ejemplo, aumentar el precio de los cigarrillos en un 50% y adoptar el empaquetado neutro evitaría el doble de muertes en los quintiles más bajos y generaría un ahorro 14 veces mayor en gastos de bolsillo en comparación con los sectores más ricos. Estas medidas también permitirían evitar miles de casos de gasto catastrófico en salud y prevenir que muchas familias caigan en la pobreza como consecuencia del tabaquismo.

Esta nueva mirada, basada en evidencia y desarrollada con rigurosidad metodológica, posiciona al tabaquismo no sólo como un problema sanitario, sino como una causa concreta de inequidad que puede abordarse con herramientas efectivas de política pública.

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