GACETILLA – Mayo 2025
Las personas de menores ingresos en Argentina fuman más, mueren más, se enferman más y ven más afectada su economía en comparación con las personas de mayores ingresos, según un estudio que estimó por primera vez la carga sanitaria y económica del tabaquismo por nivel socioeconómico. El estudio fue realizado por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), una institución afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), fue difundido en el marco del Día Mundial Sin Tabaco y financiado por el Instituto de Investigación del Cáncer de Reino Unido. Ver infografía de este trabajo aquí.
La investigación también proyectó que la implementación completa de las medidas de control del tabaco impulsadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría evitar muertes y enfermedades y ahorrar costos para el sistema de salud y la sociedad en general. Los mayores beneficios los tendrían las personas de niveles socioeconómicos bajos. Además, son medidas que generan protección financiera para la sociedad, evitando que un número significativo de personas caiga en la pobreza o afronte gastos catastróficos en salud. Dichas medidas son: aumento de impuestos, empaquetado neutro, ambientes libres de humo y prohibición de publicidad, promoción y patrocinio de tabaco.
“Se puede concluir que el tabaquismo profundiza las disparidades económicas existentes y, por otro lado, que las medidas para su control generarían un efecto redistributivo hacia una mayor equidad”, señaló la investigadora principal de este trabajo, Natalia Espínola, magíster en Economía, coordinadora de Economía de la Salud en el Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Evaluaciones Económicas del IECS.
DISPARIDAD SANITARIA Y ECONÓMICA
Para el estudio, Espínola y sus colegas desarrollaron un modelo matemático que permite estimar las probabilidades que tienen las personas de enfermar o morir a causa de cada una de las principales condiciones de salud asociadas al tabaquismo adaptado para cada nivel socioeconómico. Para establecer el estrato socioeconómico, se dividió en cinco partes iguales o “quintiles” la población según los ingresos de su grupo familiar, ubicándose en el primer quintil el 20% de personas con más bajos ingresos y en el quinto quintil, el 20% de personas con más altos ingresos. El análisis confirma que el cigarrillo hace mal a todos por igual, pero impacta de manera diferente dependiendo del nivel socioeconómico de quien lo consuma.
En Argentina, se estima que el 26% de las personas de bajos ingresos fuman frente al 21% para las personas de altos ingresos. Y eso se traduce en que, en las personas de más bajos ingresos, el tabaco genera 7% más muertes (11.855 vs. 11.085) y 15% más casos de enfermedad (109.838 vs. 95.405) que aquellas con ingresos más elevados.
La desigualdad también se verifica en el plano de la carga financiera del tabaquismo para los hogares. El gasto de bolsillo en salud anual asociado al tabaquismo es de $370.906 pesos argentinos para los hogares de bajos ingresos y $394.112 pesos argentinos para los hogares de altos ingresos. Sin embargo, la carga que genera este gasto representa más de un cuarto (26,3%) de los ingresos de los hogares con menos recursos, mientras que solo representa el 3,5% de los ingresos de los hogares con mayores recursos. Si a eso se le suma el costo en pérdida de productividad laboral y de tiempo destinado al cuidado informal del familiar enfermo, la diferencia se incrementa: representa casi 68% de los ingresos de los hogares de menores recursos frente a solo 8,4% en los hogares más adinerados.
“El tabaco no solo enferma y mata, sino que también empobrece. Las personas de menos ingresos no solo se enferman más por fumar sino que también tienen más barreras de acceso a la atención médica, y la enfermedad afecta de manera más crítica la propia sustentabilidad de los hogares”, resumió un coautor, Dr. Federico Augustovski, magíster en ciencias de la Epidemiología, director del Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Economía de la Salud del IECS, profesor adjunto de Salud Pública en la Facultad de Medicina de la UBA e investigador principal del CONICET de Argentina.
“El tabaco puede tener un impacto devastador en la economía de los hogares. En muchos casos, los gastos vinculados al tabaquismo y al tratamiento de enfermedades asociadas superan la capacidad financiera de las familias, llevándolas a situaciones de endeudamiento o incluso a la pobreza”, agregó otro coautor, Agustín Casarini, economista especializado en salud e investigador del IECS.
EFECTO DE LAS MEDIDAS DE CONTROL
En una segunda etapa del análisis, el equipo de investigación exploró el efecto diferencial de implementar de forma completa las estrategias recomendadas por la OMS —aumento de impuestos, etiquetado neutro, prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio y ambientes libres de humo— y comprobó que los beneficios serían mayores en los grupos de menor nivel socioeconómico.
Por ejemplo, aumentar el precio del cigarrillo en 50% mediante impuestos y la implementación del etiquetado neutro evitarían aproximadamente el doble de muertes y enfermedades en ese estrato en comparación con las estimadas en grupos de niveles de ingresos más altos.Ambas medidas por separado también permitirían que el ahorro en gastos de bolsillo respecto de los ingresos sea 14 veces mayor en los sectores socioeconómicos menos favorecidos.
Las medidas de control del tabaco también tienen un fuerte aspecto de protección financiera para los hogares. La implementación del aumento de impuestos, el etiquetado neutro, la prohibición de publicidad y los ambientes libres de humo evitarían 144.398, 60.847, 32.717 y 56.523 casos de gasto de salud catastrófico* y evitarían que 14.335, 4.695, 3.807 y 6.879 personas cayeran en la pobreza debido a los gastos de bolsillo asociados a las enfermedades por tabaco, respectivamente.
“Si se implementaran al máximo las medidas de control de tabaco de la OMS, toda la población se beneficiaría, pero en mayor grado lo harían las personas con menores ingresos, reduciendo las brechas sociales”, sostuvo Espínola, quien también es docente de la maestría en Efectividad Clínica que se dicta en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
*Gasto catastrófico es el desembolso en atención médica que supera un umbral crítico del ingreso familiar (generalmente el 10% al 40%), poniendo en riesgo su capacidad de cubrir otras necesidades básica.
ACERCA DEL IECS:
El IECS es una institución académica independiente que se dedica a investigación, educación y cooperación técnica en salud. Fundada en 2002, es una institución afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que es sede de una unidad ejecutora del CONICET, un centro Colaborador de la OMS y un Centro Cochrane.
La misión del IECS es “contribuir a mejorar la salud global, generando y promoviendo la aplicación de la mejor evidencia científica”.
En 2018 el IECS fue distinguido por la OMS por su labor contra la pandemia de tabaco en Latinoamérica. Ver aquí
Ver video institucional aquí. Visitar web institucional en: www.iecs.org.ar
CONTACTO DE PRENSA IECS: Lic. Mariana Comolli, mcomolli@iecs.org.ar